"Se ha llegado, efectivamente, a la idea de que el escritor tiene una cierta obligación de sufrirlo todo, y si encima se queja, parece un cínico o un pedigüeño. Que siempre ha tenido entre nosotros un cierto e insoportable carácter de beneficencia el entendimiento al que llega el individuo con la entidad o empresa. Entretanto, las cuatro ideas que circulan por ahí, y de las que vive y se nutre toda una época, son cuatro ideas inventadas por el escritor y mantenidas por él con su pluma. Y quienes tienen algo en España saben que lo tienen y cuáles son sus derechos a tenerlo por quienes escribiendo se preocupan todos los días de decírselo y defender sus causas. Y los que no tienen nada, si saben alguna vez que no lo tienen y llegan a creer que se puede tener quitándoselo a los demás, es también porque hay plumas encargadas de decírselo todos los días, cumpliendo quién sabe si una íntima y anárquica decisión de que ruede aquel edificio de una sociedad donde monstruosamente no han encontrado puesto.
El mundo se mueve por ciclos de pensamiento escrito. Pero los escritores siguen viviendo de milagro, condenados a trabajos forzados y limitando a norte, a sur, a este y a oeste con los polos cuadrados de la indiferencia cerril."

(CESAR GONZALEZ RUANO)

lunes, 25 de marzo de 2013

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oda a una de mis mejores ocurrencias



Oh, link bienaventurado
que me preservas 
de los visitantes al zoo de la existencia
(unas visitas atípicas
que, en vez de echar de comer
al bicho tras los barrotes,
se atiborran la mirada
con ajenas aflicciones).

Oh, peaje magnífico,
electrificada valla
que aleja a los hideputas.


«Y todo aquel que "paga peaje", desde el momento en que tiene a bien hacerlo, ya no está pagando peaje sino demostrando su empatía y teniendo un detalle. El peaje sólo existe como tal para los que no lo piensan pagar nunca. El que quiera entender, que entienda...»  (autocita)